Los mercados del oro y la plata subieron en los últimos días, con el oro subiendo cerca de máximos históricos cercanos a los $3,750 por onza y la plata tocando los $44 en las operaciones del lunes por la mañana.
El repunte ha sido impulsado principalmente por las crecientes expectativas de que la Fed recortará aún más las tasas este otoño.
Las tasas de interés más bajas reducen el costo de oportunidad de mantener activos que no generan rendimiento, lo que hace que tanto el oro como la plata sean más atractivos para los inversores. Al mismo tiempo, un dólar estadounidense más débil y rendimientos reales en descenso están brindando soporte adicional al reducir los costos de mantenimiento de los metales preciosos y aumentar su atractivo para los compradores internacionales.
Mientras tanto, la plata está recibiendo un impulso adicional gracias a su fuerte demanda industrial, particularmente en electrónica, energía solar y otras tecnologías. La relación oro:plata históricamente elevada es otro factor que apunta a un rendimiento superior de la plata en el futuro.
En respuesta a esta dinámica, varios bancos importantes, incluidos Deutsche Bank, ANZ y Citi, han aumentado sus pronósticos de precios para ambos metales preciosos, citando escenarios alcistas para 2025 y 2026. Aun así, persisten los riesgos. La toma de ganancias por parte de los inversores podría provocar retrocesos a corto plazo, especialmente a medida que las valoraciones se disparan.
Por ahora, sin embargo, el impulso sigue siendo firmemente alcista, con el oro anclado como reserva de valor y la plata atrayendo cada vez más atención como activo monetario e industrial.
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