El dólar estadounidense atraviesa una fase de debilitamiento técnico significativo, impulsado por señales de desaceleración económica en EE. UU., como una inflación moderada, un mercado laboral en retroceso y expectativas de recortes en las tasas de interés. Esta caída ha roto niveles clave del índice del dólar (100 y 98), alcanzando mínimos de tres años y apuntando a un posible descenso hacia el nivel 90, lo que marcaría una ruptura estructural de largo plazo.
Este entorno ha favorecido notablemente a las materias primas, especialmente a los metales preciosos. El oro ha alcanzado los 3.400 dólares por onza y podría iniciar un nuevo tramo alcista si supera los 3.500 dólares, con un objetivo técnico en torno a los 4.000. La plata, por su parte, ha superado una resistencia clave entre 34 y 35 dólares, con proyecciones hacia los 40 dólares y más allá.
El Índice Sintético de Precios de la Plata (SSPI), basado en los precios del oro y el cobre, se encuentra en una fase de consolidación entre 2.800 y 3.000 puntos. Una ruptura por encima de este rango sería una fuerte señal alcista para la plata. El cobre, componente clave del SSPI, se aproxima a una resistencia técnica entre 5,00 y 5,20 dólares, cuya superación podría desencadenar un nuevo ciclo alcista.
En el ámbito bursátil, las acciones mineras muestran señales claras de recuperación. El ETF GDX (mineras de oro) ha superado una zona de resistencia importante, mientras que el ETF SIL (mineras de plata) se encuentra en una zona crítica entre 48 y 52 dólares, cuya ruptura confirmaría el renovado interés en el sector.
En conjunto, la debilidad del dólar, el fortalecimiento de los metales y el renovado impulso en las acciones mineras configuran un entorno altamente favorable para el oro, la plata y el sector minero en general, con paralelismos históricos con el mercado alcista de materias primas de principios de los años 2000.
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Jesse Colombo, Money Metals