YUBA, Sudán del Sur — El avión de lujo aterrizó en Yuba, la capital de Sudán del Sur, con la misión de recoger cientos de kilos de oro ilícito. A bordo iba un representante de un grupo paramilitar acusado de limpieza étnica en la guerra civil de Sudán, mostraba el manifiesto de vuelo. El oro había sido contrabandeado de Darfur, una región de hambruna que está en gran medida bajo el control de su grupo.
Cargadores subieron al avión cajas de oro, con valor de unos 25 millones de dólares, dijeron tres personas involucradas o informadas sobre el trato. El avión despegó, aterrizado, el 6 de marzo en los Emiratos Árabes Unidos, según muestran los datos de vuelo. Su cargamento pronto desapareció en el mercado mundial del oro.
Mientras el pueblo de Sudán pasa hambre, miles de millones de dólares en oro salen del País. Pero en lugar de ayudar a la gente, los bandos en conflicto de Sudán están empuñando oro para financiar su lucha.
“El oro está destruyendo a Sudán”, dijo Suliman Baldo, un experto sudanés en los recursos del País.
La guerra civil enfrenta al Ejército de la nación contra su antiguo aliado, un grupo paramilitar conocido como las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). El comandante del grupo, el teniente general Mohamed Hamdan, se volvió poderoso en el 2017 después de que sus fuerzas se apoderaron de una mina de oro en Darfur. Se convirtió en la piedra angular de un imperio multimillonario que convirtió a su grupo armado, las FAR, en una fuerza formidable. El General Hamdan posteriormente vendió la mina al Gobierno por 200 millones de dólares.
Pero la riqueza y la ambición del General llevaron a un enfrentamiento con el Ejército de Sudán, allanando el camino para la guerra civil. La lucha por el oro se intensificó cuando estalló la guerra en el 2023. En una de sus primeras acciones, el General Hamdan recuperó la mina. Semanas después, sus combatientes allanaron la refinería nacional de oro en la capital y se llevaron 150 millones de dólares en lingotes de oro, dice el Gobierno.
El oro también impulsa la guerra para el Ejército de Sudán. Ha bombardeado minas de las FAR, al tiempo que aumentan la producción de oro, a menudo invitando a potencias extranjeras a realizar la minería.
Los patrocinadores extranjeros de la guerra juegan en ambos bandos. El Presidente Vladimir V. Putin ha pregonado durante mucho tiempo la minería de oro rusa en Sudán, y el Grupo Wagner de su País trabajó con el Ejército y sus rivales aún antes de la guerra. Ahora que el jefe de Wagner está muerto, el Kremlin parece estar yendo tras el oro de ambos lados de la línea del frente.
Los EAU también enciende ambos extremos de la mecha. En el campo de batalla, apoya a las FAR enviándoles armas. Sin embargo, cuando se trata de oro, los emiratíes también están ayudando a financiar al bando contrario. Una empresa emiratí, vinculada por funcionarios a la familia real, es propietaria de la mayor mina industrial de Sudán.
Las FAR tienen un mercado presto para su oro en los Emiratos, donde entre el 2012 y el 2022 se contrabandearon 2 mil 500 toneladas de oro de África, con un valor de 115 mil millones de dólares, reporta Swiss Aid.
El avión que aterrizó en Sudán del Sur el 5 de marzo se había detenido en Uganda tras salir de Abu Dabi. Según el manifiesto, uno de los pasajeros era pariente del General Hamdan.
Los Emiratos son un centro importante para las FAR, que utilizan empresas fachada controladas por el General Hamdan y sus familiares para vender oro y comprar armas, dicen los funcionarios.
A cientos de kilómetros de Darfur, en territorio controlado por el Gobierno, se encuentra la mina Kush. Funcionarios del Gobierno sudanés, que tenía una participación minoritaria en la mina, descubrieron en el 2021 que la propiedad había cambiado de un ejecutivo ruso a inversionistas emiratíes.
Incluso si los patrocinadores extranjeros de la guerra se marcharan, el comercio del oro es tan lucrativo que los beligerantes podrían financiar el conflicto por sí solos, dicen los expertos.
Anatoly Kurmanaev, Malachy Browne, Abdalrahman Altayeb, Julian E. Barnes, Eric Schmitt, Jack Begg, William K. Rashbaum y Mohamed Elhadi contribuyeron con reportes. El Heraldo- The New York Times international Weekly