El oro consolida su tendencia en un entorno estacionalmente moderado, con fundamentos técnicos y macroeconómicos sólidos
El oro continúa en una fase de consolidación, replicando el patrón observado durante el verano anterior. Esta pausa técnica, tras las fuertes alzas de primavera, ha permitido corregir el estado de sobrecompra y estabilizar el mercado en un rango bien definido. La similitud con el comportamiento del año pasado refuerza la hipótesis de que se trata de una pausa estructural y no de una señal de debilidad.
El análisis multimoneda confirma esta visión. En dólares, el oro ha oscilado entre los 3.200 y 3.500, con una recuperación inmediata tras una breve caída por debajo de los 3.300. En euros, la tendencia alcista se mantiene firme, con 3.000 euros como resistencia clave. En libras esterlinas y francos suizos, el oro ha retrocedido hasta una línea de tendencia iniciada a comienzos de 2024, pero sin comprometer su estructura alcista. Un rebote desde este nivel, seguido de una ruptura por encima de los 8.400, sería una señal técnica contundente de continuación.
En Unidades Monetarias Mundiales (UMM), una medida compuesta basada en el PIB de las 20 principales economías, el oro también mantiene una tendencia positiva dentro de un rango de 2.400 a 2.600, lo que refuerza su fortaleza global ajustada por paridad de poder adquisitivo.
Desde Asia, los futuros del oro en la Bolsa de Futuros de Shanghái (SHFE) muestran una consolidación dentro del rango de 750 a 820 yuanes. La tendencia alcista permanece intacta, y un cierre sostenido por encima del nivel superior de ese rango podría marcar el inicio de una nueva etapa de apreciación, impulsada por el creciente protagonismo de los operadores chinos en el mercado global.
En el frente corporativo, el sector minero también aporta señales positivas. El ETF VanEck Gold Miners (GDX), que agrupa a empresas de gran capitalización, rompió recientemente una estructura técnica de largo plazo y superó una zona de resistencia clave entre los 42 y 46 dólares. Desde entonces, ha mantenido su posición, reflejando la misma consolidación observada en el oro físico. Una eventual ruptura del oro al alza podría trasladarse directamente a este segmento.
Por su parte, el dólar estadounidense ha caído por debajo del nivel crítico de 100 en el índice DXY, confirmando una tendencia bajista que favorece a los metales preciosos. Esta debilidad del dólar, combinada con una deuda nacional récord en EE. UU. de 37 billones de dólares, sigue proporcionando un soporte estructural al oro y la plata, incluso en un contexto de menor tensión geopolítica.
En conjunto, la consolidación actual del oro, visible en múltiples monedas y respaldada por factores técnicos, estructurales y estacionales, sugiere que el mercado se encuentra en una pausa saludable. Si se repite el patrón del verano pasado, el oro podría estar preparándose para una ruptura alcista significativa hacia septiembre, coincidiendo con el retorno del volumen de operaciones y la reactivación del flujo informativo.
Jesse Colombo, Money Metals